NO SOY PERFECTA
No soy una persona perfecta, tengo muchos miedos, muchas inseguridades. Me cuesta confiar en mi propio criterio, en mis propias posibilidades.
No soy la hija, la hermana, la nieta perfecta. Cuántas veces me habré equivocado, habré defraudado...
No soy la amiga perfecta, me encierro en mis propios mundos, olvido fechas importantes.
No soy la estudiante perfecta, dejo todo para el último momento, no me concentro ni me levanto temprano para aprovechar el tiempo.
Y son solo algunos ejemplos de todos mis defectos. Pero eso no significa que no deba apreciarme por cómo soy. No significa que no deba quererme como soy.
Quiero aprender a tenerme como referente, a ser valiente y hablar cuando deba.
Llevo una temporada en la que me replanteo todo lo que he hecho, hago y haré con mi vida. Estoy en un cursillo acelerado de vida, y creo que, aunque a nivel emocional estoy suspendiendo, a nivel vital estoy llevándome tantos aprendizajes...tener metas claras, tener la certeza de llegar a ellas, aceptar mi propia situación y mi propia visión.
Es complejo llegar a entender lo que te viene cuando emocionalmente estás en una montaña rusa: un día te levantas pletórica y otro día estás en un infierno del que nadie tiene la culpa. Es esa segunda parte la que te machaca, porque es mucho más fácil culpar a otra persona de tus problemas que asumir tus propios errores y sentimientos. Pero si hay algo que me caracteriza y de lo que estoy orgullosa, es que aunque un día me caiga, al día siguiente vuelvo a meter la cabeza en lo que quería conseguir. Sigo avanzando, pero debo trabajar por evitar que mi estado emocional me quite toda la energía.
Así que no, no soy perfecta, ni lo espero ser. Espero ser mi propia ayuda, mi propia ayudante de vida. Hasta que ese día llegue...seguiremos andando. Pasos cortos, torpes, pero pasos.
Muchas gracias por leerme.
Nos leemos pronto
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