Me compré un iPad: ¿mereció la pena?
En la entrada anterior comentaba las aplicaciones que más he estado usando en los últimos meses para el iPad, y en esta ocasión quiero analizar si estoy contenta con la compra de este dispositivo.
Voy a comenzar haciendo una confesión: soy una chica Windows y siempre lo he sido. He crecido en Windows, es un sistema operativo que me encanta y que he conseguido sacarlo el mejor provecho que he sabido, desde la universidad y cursos posteriores.
También soy de las fieles a los dispositivos Android, principalmente por el precio que, en mi opinión, es excesivo en los iPhone. No he tenido nunca problemas, y estoy muy habituada a su funcionamiento, implecable. Sin embargo, mi experiencia con las tablets con sistema Android no ha sido tan positiva como con los móviles.
Cuando me planteé la posibilidad de comprarme una tablet, miraba con bastante reticencia a todas las que tenían ese sistema operativo, y Apple comenzaba a llamarme. Veía el rendimiento que otras personas podían sacarle (desde que escuché un podcast de Píldoras de Educación me quedé fascinada) y decidí aprovechar el Black Friday para comprar mi primer producto de Apple, un iPad.
Es un iPad de 7ª generación, de 32 GB. El modelo mini me parecía demasiado pequeño y el Pro, demasiado grande. Y tengo que reconocer que fue una compra muy acertada.
No voy a entrar en detalles técnicos, para eso están otros blogs donde analizan en profundidad las características y comparativas entre los distintos modelos. En este blog voy a hablar de mi experiencia como estudiante, y si recomendaría este producto por encima de otros.
En primer lugar, las ventajas:
- La fluidez: es muy rápido acceder a cualquiera de sus aplicaciones, responde rapidísimo a cualquier acción que emprenda.
- La batería: aguanta el día entero sin ningún problema, haciendo un uso intensivo, con wifi y dispositivos bluetooth conectados. Además la carga es veloz, por lo que puedo llevarlo a cualquier espacio porque sé que me va a responder sin problema ninguno.
- El tamaño: hilando con la idea anterior, el tamaño es perfecto, al menos para mí. Habrá quien necesite un tamaño más pequeño o más grande (para eso hay otros modelos con otras medidas). Gracias a eso, puedo llevarla a cualquier parte, cabe en cualquier bolsa o mochila. Y relacionado también el peso, que, evidentemente, es poquísimo.
Sin embargo, también le encuentro algunas desventajas:
- El precio: tanto del dispositivo como de los accesorios oficiales. A mí me salió bastante barato, fue uno de los modelos de “bajo coste” que sacaron, pero si quieres otros modelos, con distintas características, el precio sube notablemente. Lo mismo puedo decir de los accesorios: una funda con teclado puede salirte perfectamente por un precio cercano a los 200 euros. Siempre puedes hacer lo que hice yo, buscar en Amazon accesorios que salgan por mejor precio, pero te arriesgas a que no sean tan efectivos como los oficiales.
- La limitación de la memoria: acostumbrada a Android, el hecho de que no pueda aumentar la capacidad mediante una tarjeta externa me tiene un poco incómoda. Evidentemente, tanto las aplicaciones como el sistema va a ir actualizándose, y eso va a ir ocupando cada vez mayor espacio. Yo tengo el modelo de 32 GB, y me va bien, pero porque no tengo apenas archivos en el propio dispositivo, sino en almacenamiento online.
Como conclusión, tengo que ser sincera: adquirir un producto Apple no es barato y resulta extraño al principio iniciarte en iOS si vienes de sistemas tan distintos como Android o Windows. ¿Lo recomiendo? Absolutamente. Si eres estudiante y no quieres invertir mucho en un portátil, un iPad podría ser tu solución. Es ligero y tiene el rendimiento de un portátil si le añades accesorios como un teclado o un Pencil, que te van a permitir concentrar todo tu trabajo en un mismo dispositivo.
¿Tú qué opinas? ¿Estás de acuerdo conmigo? Déjalo en comentarios.
Nos vemos
Sonia
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