Ya me he enfadado: mis próximos planes


Parece que mi vida está en constante cambio, pero cambios que parecen giros de 180 grados cada pocos meses, y lo cierto es que he tenido siempre esa sensación de que todo lo que pasaba era para peor, para cambiar en una dirección que no quería ir. 

Hace unos meses algo cambió mi vida: la muerte de mi abuela, una persona cuya presencia en mi vida había marcado mi carácter para el resto de mis días. Ella siempre me ayudó, siempre me quiso sin condiciones, un amor puro como pocos he experimentado, y si bien es cierto que su marcha ha calado demasiado hondo, también ha sido el motor de un cambio de mentalidad.

¿Cómo sé qué ha pasado? Porque he escuchado el click en mi cabeza. No sabría explicarlo, pero de repente sientes que todas las piezas en tu cabeza encajan y tienen sentido. Pues eso he sentido eso en dos ocasiones en mi vida, y ésta en una de ellas. Tras ese click , todo empieza a cambiar, pero sientes la seguridad de que está cambiando hacia una dirección correcta. 

En una entrada anterior contaba que mi última experiencia con las oposiciones fue terrorífica. Pero tras muchas vueltas, tras mucha introspección, he comprendido que desde que era pequeña solo pude ver un camino cierto: ser maestra. No "sirvo" para nada más, lo que mejor sé hacer es enseñar. 

Mi abuela siempre me repetía lo mismo: a ver si puedes sacarte la plaza prontito, hija, y así no tienes que trabajar en esas cosas (cosas que no se relacionan con la educación ni de lejos). Cuando estuvo en la UCI, le hice la promesa de que su nieta sería maestra. El click apareció, y como el fuego se fue esparciendo. La indecisión, el miedo, la inseguridad... todos esos sentimientos se disiparon tras ese momento. Unas semanas después, mi decisión estaba tomada: debía volver al camino que tenía pensado para mí. Aquel que abandoné cuando dejé de ser egoísta y dejé de pensar en mí misma. 

Estoy harta. Y enfadada. Muy enfadada. Eso en mi familia es buena señal: mi abuelo le dijo a mi madre "no te sacarás el carnet hasta que no te cabrees". Hace unos días mi madre, en una de esas conversaciones importantes que tienes con tus padres, me dijo "ya te has cabreado, ahora sí lo vas a conseguir". Así que sí, estoy furiosa, porque no he podido llegar a donde yo quería, pero a partir de ahora eso va a cambiar. No porque es lo que toca, sino porque me da la gana, porque me importa y porque quiero.

 

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